Para poder anticiparse a los peligros y tener tiempo de actuar ante ellos es importante mirar a lo lejos, en función de la velocidad a al que se circule, a los lados y por los retrovisores, girando ligeramente la cabeza cuando sea necesario para controlar los ángulos muertos que puedan existir alrededor del vehículo y que no se puedan ver por los espejos retrovisores.