El sueño afecta nuestra capacidad para percibir el entorno y puede provocar visión borrosa, fatiga ocular y somnolencia. Conducir bajo los efectos del sueño puede hacer que nos sintamos inquietos, hostiles y que aceptemos un mayor nivel de riesgo. Además, las comidas copiosas y las altas temperaturas favorecen el sueño. Por lo tanto, si tiene problemas de sueño, no se encuentra en perfectas condiciones para conducir.