Cuando se conduce durante mucho tiempo a una velocidad elevada, aumenta la probabilidad de que aparezca la fatiga al volante. Esto se debe a que la conducción a alta velocidad requiere una mayor concentración y esfuerzo por parte del conductor, lo que puede llevar a un agotamiento físico y mental más rápido. Además, la monotonía de la carretera y la falta de estímulos pueden contribuir a la aparición de la fatiga. Por lo tanto, es importante tomar descansos regulares durante viajes largos para evitar la fatiga y mantener la seguridad en la conducción.