Frenar en el último momento, con brusquedad, no es una acción segura cuando se circula con lluvia intensa. Esto se debe a que la calzada estará más deslizante y la distancia de frenado se duplica. Es importante moderar la velocidad y aumentar la distancia de frenado para poder detenerse de manera segura. Frenar bruscamente puede hacer que los neumáticos pierdan adherencia y se produzca un deslizamiento o aquaplaning, lo cual aumenta el riesgo de perder el control del vehículo. Por lo tanto, es recomendable frenar de manera suave y progresiva.